Cómo empezó todo
Nació de una frustración. Tras años trabajando con startups tecnológicas en Vitoria, vimos el mismo problema una y otra vez: equipos brillantes que tropezaban con finanzas básicas.
Un fundador nos dijo en 2018: "Sé programar en seis lenguajes, pero no entiendo mi propio balance". Esa conversación cambió nuestra dirección.
Dejamos la consultoría tradicional y creamos algo diferente. Un espacio donde los fundadores aprenden finanzas sin sentirse estudiantes—donde cada concepto conecta con situaciones reales de su día a día.